Más que una moda, para algunas personas la piel bronceada se ha convertido en una obsesión que puede traerles graves consecuencias, ya sea por exponerse directamente al Sol o hacerlo a través de lámparas o camas especiales; la siguiente información puede ser de vital importancia para usted.
Reciente investigación dermatológica en Estados Unidos
señala que aproximadamente 80% de los daños provocados por exposición al Sol o
bronceado artificial (como cáncer, arrugas y problemas en la vista) ocurren
antes de los 18 años de edad. El mismo estudio afirma que 40% de las
adolescentes de ese país, de entre 13 y 19 años de edad, han usado camas de
bronceado, 28% de ellas al menos tres veces. Antes de explicar por qué debemos
prestar atención a lo anterior, no está de más recordar que el Sol tiene gran
número de emisiones, entre las cuales se incluyen la luz visible, los rayos
infrarrojos (radiaciones de onda más baja que la luz) y los ultravioleta (por
encima de la luz común). Estos últimos son los responsables del bronceado, y se
clasifican a su vez en tres categorías, de acuerdo a sus diferentes cualidades
y efectos en la salud.
- UVC. Son los de mayor energía, pero no llegan a la atmósfera terrestre porque son detenidos por la capa de ozono.
- UVB. Pueden estimular la generación del pigmento de la piel, pero a costa de numerosos efectos secundarios, desde quemaduras y ulceraciones hasta cáncer de piel si la exposición es muy prolongada; sus efectos son acumulativos a largo plazo, pudiendo afectar igualmente a los ojos.
- UVA. También generan bronceado en la piel, y aunque tradicionalmente se ha considerado que no afectan a la salud, en realidad producen daños cutáneos a largo plazo más profundos que los rayos UVB.
Ahora bien, no es nuevo el
concepto de que los rayos solares mejoran la condición de quienes tienen
ciertos problemas de salud, entre los que pueden mencionarse: Acné. Afección de
la piel caracterizada por la presencia de barros (granos llenos de pus) y
espinillas (puntos negros) en cara, espalda, pecho, hombros y cuello. Climaterio.
La falta de hormonas femeninas a partir de la última menstruación (menopausia)
genera cambios notables en la condición femenina, manifestándose como cansancio
físico y mental, sudoración excesiva, oleadas de calor repentinas (bochornos),
fatiga, depresión frecuente, así como carácter irritable y ansioso.
Osteoporosis. Disminución de
la densidad mineral ósea (calcio y colágeno) debido a la falta de estrógenos, lo
cual ocasiona que los huesos se vuelvan porosos, delgados y frágiles. Psoriasis.
Lesión de la piel caracterizada por engrosamiento, enrojecimiento, inflamación
y descamación. Raquitismo. Debilitamiento y reblandecimiento de los huesos. Reumas.
Grupo de enfermedades que se manifiestan generalmente mediante inflamaciones
dolorosas en las partes musculares y fibrosas del cuerpo (cartílagos, huesos y
articulaciones).Asimismo, el Sol aumenta la capacidad del sistema inmune (el
que nos defiende del ataque de microorganismos) y tiene efecto positivo sobre
el estado de ánimo. Como podemos ver, una dosis moderada de rayos ultravioleta
será muy bien recibida por el organismo, para lo cual puede recurrirse a la
exposición directa o al uso de aparatos diseñados para ello.
Cómo
funciona la cama de bronceado.
Antes de hacer uso de las camas de bronceado, el cliente
debe averiguar cuál es su foto tipo de piel siguiendo la siguiente
clasificación:
I y II. Muy clara, se quema fácilmente y el bronceado es
casi nulo.
III y IV. Blanca u oscura, ojos y cabellos castaños; el
bronceado es gradual.
V. Morena clara que provoca bronceado intenso; rara vez
se quema la piel.
El siguiente paso es elegir el formato del aparato que se
adecue a la parte del cuerpo de la que se quiera modificar el tono de piel:
Horizontal. Broncea al cuerpo y la cara por igual; el
usuario puede acostarse y descansar mientras la máquina hace su trabajo.
Vertical. El cliente se encuentra de pie frente a las
lámparas que broncean íntegramente al cuerpo.Facial. Su aplicación se centra únicamente en cara y
pecho, pudiendo estar el cliente acostado cómodamente
Conviene saber que las máquinas de bronceado emplean una
serie de filtros que eliminan las radiaciones del tipo B y sólo dejan pasar las
A; algunos estudios indican que la proporción es 95% de rayos UVA y 5% de rayos
UVB. Sin embargo, el uso continúo y la falta de mantenimiento de los aparatos
mencionados puede provocar que los UVA se conviertan en UVB, principal factor
desencadenante de cáncer en la piel. Lo anterior ha llamado la atención de los usuarios
habituales de lámparas de bronceado europeos y estadounidenses, y enciende las
luces de alerta en países donde su empleo empieza a ser más popular, entre
ellos México. Mire usted, en España, por ejemplo, los casos de melanoma (cáncer
de piel) se han triplicado en los últimos 20 años, y se contempla un panorama
igualmente sombrío para enfermedades oculares, como cataratas o lesiones en la
córnea, por causa de la exposición a los rayos ultravioleta. Por su parte, la prestigiada publicación estadounidense
The Journal of the Nacional Cáncer Instituto asegura que las personas que
utilizan lámparas bronceadoras tienen hasta cuatro veces más posibilidades de
desarrollar cáncer de piel. Debido a ello, las autoridades en salud del mismo
país han incluido a los rayos UVA en la lista oficial de agentes causantes de
dicho mal.
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